Rodado de Crisocola
Cada pieza mide APROXIMADAMENTE 2 X 2 cm. Puedes haber piezas más pequeñas o más grandes.
En la evolución de los colores, la Crisocola constituye uno de los rayos de color más elevados y puros dentro del espectro de los azules.
La crisocola es considerada como la piedra de la feminidad y simboliza el elemento agua, el invierno y la luna.
Está cargada con energía pasiva y potente (Yin).
Irradia y favorece estas virtudes: paciencia, bondad, tolerancia, compasión y humildad. Enseña al alma a entregarse a las fuerzas propias de nuestra naturaleza.
Ayuda a equilibrar las hormonas que regulan los ciclos, por ello suele ser empleada para tratar las molestias de la menstruación, en la regeneración y fortalecimiento de tejidos y para favorecer el embarazo y el parto.
La crisocola aporta una energía calmante y limpiadora a la vez, que promueve la paz interior y favorece la meditación y la comunicación. La crisocola alivia y consuela, cicatrizando las heridas emocionales.
Estimula cualquier chakra, infundiendo armonía y equilibrio. Integra la conciencia cósmica en el estado de conciencia cotidiano. Podemos utilizarlo colocándola en el tercer ojo, para acceder a estados superiores de conciencia.
Es un silicato de cobre hidróxido que suele encontrarse en zonas de oxidación de yacimientos de cobre.
Es una piedra muy apreciada por sus variados colores y dibujos azulados y verdosos.
A menudo aparece asociada a la malaquita y a la azurita.
Su nombre proviene del griego “chrysos”, que significa “oro”, y “Kolla”, que significa “cola” o “pegamento”.
En Israel la crisocola que aparece junto con turquesa y malaquita, se llama “piedra de Eilat”.
Yacimientos: México, Chile, Perú, India, Inglaterra, Estados Unidos, Israel, Rusia, Congo y Australia.
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